En medio del desastre que azotó a Bahía Blanca, donde en apenas 12 horas cayeron 300 milímetros de lluvia, provocando inundaciones, evacuaciones y víctimas fatales, el gobierno nacional envió a los ministros de Defensa y Seguridad, Luis Petri y Patricia Bullrich, para coordinar la respuesta a la emergencia. Sin embargo, la presencia del diputado José Luis Espert en la mesa del comité de crisis desató una ola de indignación, ya que su rol en la gestión de la tragedia era, como mínimo, incierto.
La imagen de Espert junto a los funcionarios nacionales fue interpretada como un acto de oportunismo electoral, ya que en los próximos comicios competirá como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires en representación del oficialismo. La escena dejó en evidencia lo que muchos temían: en vez de enfocarse exclusivamente en atender la crisis, el gobierno terminó ofreciendo la postal perfecta para una campaña en marcha.
Desde la comunicación política, este tipo de maniobras suelen ser un búmeran. La teoría de la “espiral del cinismo” sostiene que cuando la ciudadanía percibe que los políticos instrumentalizan una tragedia para obtener beneficios electorales, la desconfianza en las instituciones crece exponencialmente. En este caso, Espert pasó de ser un mero acompañante a convertirse en el símbolo del uso político de la catástrofe.
A esto se suma la “teoría de la agenda setting”, que explica cómo los medios pueden influir en la importancia que la sociedad le da a determinados temas. La imagen de Espert en el comité de crisis se convirtió en el centro de la discusión, desplazando la gestión de la emergencia a un segundo plano. En lugar de transmitir liderazgo y eficiencia, la foto terminó generando más ruido que soluciones.
Para el oficialismo, el episodio representa un tropiezo comunicacional que difícilmente pase desapercibido. En tiempos de crisis, la ciudadanía exige respuestas concretas y acciones efectivas, no gestos vacíos ni figuras políticas buscando capitalizar el drama ajeno. Espert, en su primera gran foto de campaña, terminó hundiéndose en su propio oportunismo.
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